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Continúa el paso de superestrellas por el Estadi Olímpic. Después de Bruce Springsteen, Coldplay, Beyoncé y Elton John, la noche del 12 de julio ha sido el turno de Harry Styles. El músico británico ha presentado su Love on Tour en Barcelona a solo tres etapas de poner punto final a su maratoniana gira: empezó el 4 de septiembre de 2021 en Las Vegas y concluirá el 22 de julio en Reggio Emilia.
El ex One Direction ha llegado con el show bien engrasado y las críticas a su favor; las expectativas calcinaban las temperaturas de estos días, y horas antes de la apertura de puertas, ya había colas en el acceso al Estadi con centenares de fans que querían asegurarse un buen sitio. Styles eligió a las Wet Leg como artistas invitadas del show, y lo cierto es, que con canciones como 'Chaise longue' y 'Wet dreams', de guitarras arrebatadoras y letras pegadizas, Rhian Teasdale y Hester Chambers han dado la razón a quienes las presentan como una de las bandas más interesantes de la nueva hornada británica.
Los 56.500 asistentes al concierto han esperado la salida de Styles coreando los hits que lanzaban los altavoces, desde temas de finales de los 90 y principios de los 2000 como 'Leave me breathless' de los Corrs y 'Angels' de Robbie William al 'All you need is love' de los Beatles y 'Bohemian rapsody' de Queen, para acabar con 'Saoko' de Rosalía. Incluso antes de salir al escenario, Harry ya se había metido al público en el bolsillo.
Vestido con unos pantalones de cuero negro y chaleco corto azul, con sendos chupa-chups bordados en lentejuelas en el pecho, ha arrancado el espectáculo con 'Daydreaming', pero ha sido con 'Golden', el segundo tema, cuando se ha desatado por primera vez la locura en el estadio. Durante todo el concierto, Harry ha hablado con el público, ha bromeado y ha recorrido la pasarela con sus bailes para acercarse a los fans. El artista disfruta interactuando con sus seguidores y no ha dudado a seguirle el juego a una fan vestida de fresa desvelando en el escenario su nota final de curso.
Además de tablas y de un enorme talento, Styles se hace acompañar de buena compañía para dar empaque a su música. En el tour ha estado arropado por un pedazo de banda compuesta por una decena de músicos, con un 50% de representación femenina, y una potente sección de vientos que ha hecho volar temas como 'Music for a sushi restaurant' y 'Watermelon sugar'.
El espectáculo ha ido desgranando los éxitos de sus cuatro álbumes, incluido un guiño a su etapa en One Direction con 'What makes you beautiful' (uno de los momentos álgidos de la noche), pero listo como es, para los bises se ha reservado tres temas emblema: la apoteósica 'Sign of times', la rockera 'Kiwi', y 'As it was'.
Harry Styles nos ha dejado en Barcelona un concierto emocionante e intenso sin necesidad de echar mano de efectos especiales ni golpes de efecto, sino tirando de lo clásico y lo básico, que no es otra cosa que juntar un puñado de músicos excelentes e interpretar con pasión buenas canciones.